Actualmente no hay una cura para el síndrome de ovarios poliquísticos (PCOS, por sus siglas en inglés), y no desaparece por sí solo.
Incluso después de la menopausia, las mujeres con PCOS suelen continuar teniendo niveles altos de andrógenos, así como resistencia a la insulina. Esto significa que los riesgos para la salud asociados con el PCOS se mantienen toda la vida.1